Hay un trineo viejo en el armario de mi casa. Desde lejos, el polvo que lo abriga parece nieve que le cubre las rendijas y los adornos de papel brillan como luces en la noches que lo voy a visitar.
Me ha prometido viajes para cuando llueva, pues, según me dice, mas arriba de las nubes no cae ni una sola gota. yo no se que tiene que ver una cosa con la otra, pero seria lindo ver llover bajo mis pies.