temporada de narices frías temporada de narices frías
temporada de narices frías temporada de narices frías
temporada de narices frías temporada de narices frías


18.10.10

verano sur

¿Te conté de la vez que me rozaste la mejilla con un dedo, y empezaste a suspirar?, yo morí de pena esa mañana, no sé bien porque…quizás, presentí esa despedida que se fue a multiplicar… ¿cinco veces?, ¿seis?, ¿diez?, ¿catorce?... y me fue imposible no quedarme, amarrado y la fuerza, entre tus brazos. El calendario nos regalaba, por opción propia, lindos días tristes y tú no hacías otra cosa que enamorarte más y más de aquella tierra y su oceánica extensión… sin autos, sin luces, sin prisa. Un paraíso etéreo que podíamos pisar.

Luego respiraste. En pequeños lapsos de segundos, tu pecho de manera austera y casi imperceptible, se llenaba de mi respiración. Creo que hay pocas cosas más bonitas que compartir el aire, así, juntitos, envueltos en las sabanas de una habitación con olor a invierno, a madera, a sur, mientras en Santiago los días pasan sucios, apurados, llenos de ruido y gente triste. Quizás por eso, cuando volvimos, me dijiste que querías irte al sur. Quizás por eso, cuando volvimos, me dijiste vámonos al sur.

Ahora, lejos de ese roce, del suspiro, de ese miedo y tu respiración, te propongo que empecemos a jugar. Vamos a dejar los cigarrillos y todas esas cosas malas que nos hacen enfermar. Copiemos mil recetas vegetarianas e inventemos, juntos, otras más. Ando un poco enfermo del deseo, y la ansiedad me come a mordiscos la cara, necesito encontrarme, necesito encontrarte!!, con tus defectos y virtudes, pero en confiabilidad. Estable, seria, irresponsable y bebedora. Hermosa, lejana, ausente, cariñosa, prepotente, tierna, decidida, confundida, enamorada. Pedirte perdón por todas esas veces que no he sabido llenar tu corazón, tu piel, pero haciendo trampa, sabiendo que me vas a perdonar.

Una vez te di una lista de razones, razones de por qué no debíamos separarnos nunca… y podría añadir al menos veinte mas, pero a ambos nos aburren las reiteraciones. Así que me limito a confesar que te debo unas palabras, que si me miras, paciente y cariñosa (menos, mas, o como lo habitual), los días en nuestro calendario van a mejorar.

14.10.10

Mañana te robarè solo un beso, tal vez dos.

Mas seria pecar de ingenuo... menos, de paciente.

8.10.10

Son las 10, 35 de la mañana, y como quien espera a su verdugo, yo hago guardia, inutilmente, tras tu puerta.
Al final se que saldras altiva, hacha en mano y decidida...

Ambos sabemos que las consecuencias son para despues.